En este fascinante itinerario, nos sumergimos en la historia y la espiritualidad de Albarracín. Iniciamos nuestro viaje visitando la pintoresca Ermita de Nuestra Señora del Carmen, un rincón de serenidad que resalta entre el verde de la naturaleza circundante. Su atrio de cuatro aguas y arco rebajado nos reciben con humildad, invitándonos a explorar su interior bajo la protección de la Santa.

Continuamos nuestro paseo, y en nuestro camino, nos encontramos con un tesoro histórico: el Peirón de San Pascual de Baylón, un auténtico testigo del pasado que se erige con modestia en el paisaje. Este pequeño monumento nos conecta con las tradiciones y creencias que han perdurado a lo largo del tiempo. La ruta nos regala vistas panorámicas de Albarracín que cautivan nuestros sentidos. El recorrido nos ofrece la oportunidad única de cruzar las murallas y sumergirnos en la esencia de la ciudad desde distintas perspectivas. Ascendemos por el lado exterior de las murallas, contemplando la majestuosidad de la arquitectura medieval que ha resistido el paso de los siglos.

Al llegar al postigo, cruzamos hacia el interior de las murallas, adentrándonos en un mundo donde el tiempo parece detenerse. Desde aquí, ascendemos hasta la emblemática Torre del Andador, un mirador que nos regala vistas impagables de Albarracín en su máxima expresión. Cada piedra de la torre cuenta la historia de la ciudad y nos transporta a épocas lejanas. El descenso se convierte en un deleite para los sentidos, con un cómodo sendero que se despliega paralelo a las murallas. Este último tramo nos permite apreciar nuevamente la grandiosidad de la fortificación, mientras nos sumergimos en la belleza natural que abraza Albarracín.